jueves, 14 de abril de 2016

Su dictadura continúa, nuestra resistencia también

El 18 de julio de 1936, turbas de militares golpistas iniciaron una sublevación contra el gobierno legítimamente escogido por el pueblo escasos meses antes en el Estado español: el Frente Popular. Este levantamiento franquista fue apoyado desde el primer momento por la Alemania nazi de Adolf Hitler y por la Italia fascista de Benito Mussolini, que ofrecieron su respaldo político y militar en todo momento al régimen de Francisco Franco.

Tras protagonizar uno de los mayores genocidios que se han podido presenciar, el Generalísimo decidió que el futuro del Estado español sería bajo la forma de un Reino y nombró a Juan Carlos I como sucesor, dejando, en palabras del propio tirano, “todo atado y bien atado” hasta nuestros días. Este monarca, que continúa dando nombre inmerecidamente a nuestra universidad, juró las Leyes Fundamentales así como los principios básicos de esta sangrienta dictadura, haciendo del franquismo una parte inherente de la monarquía del Estado español.

Este sistema lejos de realizar una tarea rupturista con el franquismo, está evidenciando su carácter opresor y violento con toda voz discordante, así como su continua negativa a ser refrendado por la clase obrera ante el temor de que incluso unas urnas establecidas bajo el amparo su legalidad burguesa dieran la victoria al pueblo, y éste acabara con sus privilegios.Felipe VI ha recogido el testigo del Régimen franquista haciendo suyos sus principios como ya hiciera su padre hace 38 años. No representa a la clase obrera, sino a las clases dominantes que tanto temen una juventud organizada que avance hacia un fin común: el fin de todo tipo de explotación. 

Desde el Bloque Antifascista Estudiantil de Fuenlabrada exigimos el fin del Régimen monárquico instaurado en el Estado español en 1978, así como un empoderamiento real de la clase trabajadora que le permita hacer uso del tan necesario derecho de autodeterminación del que deben disfrutar todos los pueblos que pretendan considerarse libres y soberanos. ElMovimiento Estudiantil no puede permanecer impasible ante esta institución medieval y absolutista que no hace más que promover arcaicos principios racistas, homófobos, xenófobos, clasistas y machistas.

Creemos firmemente que debemos aunar nuestros esfuerzos en pos de un estudiantado consciente, combativo y crítico ante toda discriminación, y para ello continuaremos trabajando bajo los tres pilares que más daño puede causar al sistema imperante: el antifascismo, el feminismo y el anticapitalismo. Solo partiendo de nuestra autogestión y solidaridadpodremos conquistar unas universidades libres de alusiones y simbologías monárquicas.  

¡Contra la Monarquía y su Constitución: AUTODETERMINACIÓN!

¡Vuestra represión no nos detendrá!


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